Esmeraldas

...y mis ojos fueron esmeraldas brillantes bañadas por un mar salado, ciegos ante la oscuridad que me llamaba.Mi pecho se convulsionaba frenético, ávido del aire que se negaba a entrar en mis pulmones contraidos por el ahogo, ahogo de una impotencia que crecía.Mi boca dibujaba un rictus de amargura y mi cabeza sólo buscaba la luz de la paz eterna.Por un momento encontré esa luz rodeada por tinieblas, las mismas que me llamaban incesantemente a las que cada vez me abrazaba con más fuerza, más convencida que era lo mejor para todos, incluso para mi. Fue en ese instante cuando él apareció sosegando mi angustia sin palabras, tan sólo con su presencia, mis ojos seguian siendo esmeraldas brillantes, pero me alejaba de las tinieblas y exorcitaba mi alma de caer en la tentación de la salida fácil del adiós.