Una vez yo también me vestí de blanco, de eso hace ya muchos años, ilusionada y feliz porque tonta de mí creí, que con él había de morir y no fue así, se me acabó el amor y un gran cariño sentí y por ello antes de engañarlo separarme decidí.
No era el mío, ni el siguiente, ni el que vino después, aunque todo de mí di, el mío llegó hace un tiempo y su nombre es Luís.
¿Lo conoces?... sí, te pregunto a ti, a ti que sé que me lees y como ves yo también un paseito me di, ya que tu invitación recibí, pero debiste tener cuidado al decidirte a escribir, porque cuando lo atacas, me atacas a mi y eso no te lo voy a consentir.
Lo dañaste, lo abandonaste cuando a su lado debías estar, eso no se hace cuando amas de verdad, ¿y tú le llamas cobarde? Pues mira ahora donde está, recuperado, con fuerza, con ganas de volver a empezar, es un diamante en bruto que no supiste tallar, lo tuviste en tus manos y lo dejaste escapar tal vez pensando que era un simple cristal.
De mentiras has llenado a quien te ha querido escuchar y a la altura del fango lo has querido dejar, pues bien hoy te diré que hombre mejor no hallaras, porque hombres como él no quedan ya.
No pienses que son tus sobras lo que me voy a llevar, no es así, nada más lejos de la realidad, encontré a un hombre con muchas ganas de amar, con ganas de ser amado, pero de verdad, eso es lo que le ofrezco, no puedo ofrecerle más, lo demás vendrá con el tiempo, lo demás ya llegará, pero de momento tenemos felicidad.
Ya tienes lo que querías, pasta gansa y libertad, ahora sólo te pido que nos dejes vivir en paz, que te olvides que existimos porque tú… no existes ya, formas parte del pasado y eso no vuelve más.
No quiero empezar una guerra, pero quería que supieras, que sé lo que hiciste y lo que no… también, que callo mucho de lo que sé sobre todo por él, no soy quien para juzgarte, yo no te deseo ningún mal sólo piensa una cosa… lo que diste, recibirás, ser tu amiga no puedo, como bien comprenderás, porque si algo no tengo es falsedad.
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